Fundamentos Neurobiológicos Del Sueño

El sueño es un estado fisiológico fundamental para la salud y el bienestar, caracterizado por una depresión progresiva del estado de conciencia, la reducción de la actividad sensorial y motora, para que estos fenómenos se presenten deben darse diversos cambios a nivel de la actividad cerebral, los cuales son cíclicos y pueden ser circunscritos en diferentes fases:

Fases del Sueño:

Podemos dividir el sueño en dos fases, el sueño de movimientos oculares rápidos (MOR) y el sueño no movimientos oculares rápidos (NO MOR). El sueño NO MOR, a su vez, se subdivide en tres etapas, conocidas como N1, N2 y N3. N1 es la fase de transición entre la vigilia y el sueño. N2 es el sueño ligero, que ocupa aproximadamente el 50% del tiempo total de sueño. N3, o sueño de ondas lentas, es la fase más profunda y restauradora del sueño NO MOR, es decir, donde se da el mayor descanso.

Durante el sueño MOR, que ocupa aproximadamente el 20-25% del tiempo total de sueño en los adultos, en esta fase es donde se produce los sueños. Esta fase se caracteriza por la actividad cerebral rápida y desincronizada, similar a la observada durante la vigilia, y por la parálisis temporal de la mayoría de los músculos esqueléticos, lo que previene la ejecución de los sueños.

Un ciclo de sueño tiene una duración de entre 60 y 90 minutos, presentándose al rededor de 6 – 8 ciclos de sueño en una noche típica (Sueño NO MOR – MOR – NO MOR).

Regulación Neurobiológica del Sueño:

La regulación del sueño es un proceso complejo que involucra múltiples estructuras y neurotransmisores cerebrales. Dos procesos principales rigen el sueño: el proceso homeostático (Proceso S) y el proceso circadiano (Proceso C). El proceso S es el que regula la necesidad de sueño en función del tiempo transcurrido desde la última vez que dormimos. A mayor tiempo despierto, mayor es la presión para dormir (por acumulación de adenosina).

El proceso circadiano está regulado por el núcleo supraquiasmático del hipotálamo, que actúa como un reloj biológico interno sincronizado principalmente por la luz ambiental. Este núcleo genera ritmos circadianos de aproximadamente 24 horas, que influyen en diversos procesos fisiológicos, incluido el sueño.

Neurotransmisores y Sistemas Neurales Involucrados:

Diversos neurotransmisores desempeñan roles críticos en la regulación del sueño. La adenosina es un neurotransmisor que se acumula durante la vigilia prolongada y promueve el sueño. La acumulación de adenosina inhibe las neuronas colinérgicas del prosencéfalo basal, lo que facilita la entrada en el sueño NO MOR.

El sistema hipocretinérgico (orexinérgico) del hipotálamo lateral es esencial para la estabilización de la vigilia (las hipocretinas son excitatorios). La deficiencia de hipocretina (orexina) está asociada con la narcolepsia, un trastorno caracterizado por la intrusión repentina del sueño MOR durante la vigilia.

La serotonina y la norepinefrina tienen roles importantes en la regulación del sueño y la vigilia. Durante el sueño MOR, los niveles de estos neurotransmisores disminuyen significativamente (en la hendidura sináptica), lo que permite la activación de los mecanismos MOR. Por otro lado, los niveles altos de serotonina y norepinefrina favorecen la vigilia y el sueño NO MOR.

Función Restauradora del Sueño:

El sueño tiene funciones restauradoras esenciales para el cerebro y el cuerpo. Durante el sueño NO MOR, especialmente en la fase N3, se producen la mayor parte de los procesos de reparación celular y eliminación de desechos metabólicos del cerebro (como la acumulación de adenosina). La hipótesis de la limpieza glinfática (vía de limpieza del sistema nervioso central) sugiere que durante el sueño, el espacio intersticial del cerebro se expande, permitiendo un mayor flujo de líquido cefalorraquídeo que elimina productos de desecho.

El sueño MOR está implicado en la consolidación de la memoria y la regulación emocional. Durante esta fase, las experiencias emocionales y los aprendizajes recientes son procesados y almacenados en la memoria a largo plazo. La privación de sueño MOR puede afectar la capacidad de gestionar el estrés y las emociones.

Consecuencias de la Privación del Sueño:

La privación del sueño tiene efectos perjudiciales en la salud física y mental. A corto plazo, puede provocar deterioro cognitivo, disminución de la atención y la memoria, y cambios en el estado de ánimo. A largo plazo, la falta de sueño está asociada con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, reducción de la respuesta del sistema inmunológico con subsecuente aumento de reactantes inflamatorios, diabetes, obesidad, depresión y ansiedad.

Conclusión:

El sueño es un proceso neurobiológico complejo y esencial para la salud. Comprender los mecanismos que regulan el sueño y sus funciones restauradoras puede ayudar a abordar los trastornos del sueño de manera más efectiva. Fomentar hábitos de sueño saludables y tratar adecuadamente los problemas de sueño puede mejorar significativamente la calidad de vida y la salud general de los pacientes.

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Referencias:

Dr. Juan Manuel Jaramillo Mejía – Médico Psiquiatra.

  1. Saper CB, Scammell TE, Lu J. Hypothalamic regulation of sleep and circadian rhythms. Nature. 2005;437(7063):1257-1263.
  2. Siegel JM. The neurobiology of sleep. Semin Neurol. 2009;29(4):277-296.
  3. Xie L, Kang H, Xu Q, et al. Sleep drives metabolite clearance from the adult brain. Science. 2013;342(6156):373-377.
  4. Brown RE, Basheer R, McKenna JT, Strecker RE, McCarley RW. Control of sleep and wakefulness. Physiol Rev. 2012;92(3):1087-1187.
  5. Scammell TE, Arrigoni E, Lipton JO. Neural circuitry of wakefulness and sleep. Neuron. 2017;93(4):747-765.

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